La esposa del señor Thompson necesita que su marido la tenga en mayor estima. Para llamar su atención ha decidido abandonarlo. Se irá esta misma noche y al salir dará un portazo muy fuerte luego de detallarle exactamente los motivos de su partida. No dejará de señalarle ese irritante gesto de superioridad que deja suspendido en cada diálogo cada vez que pretende hacerle creer que él ya había pensado primero que ella cada cosa. Unos días fuera de su casa bastarán para que el señor Thompson note lo imprescindible que es la presencia de su mujer. Para cuando le pida que regrese acordarán nuevos códigos de convivencia o se negará a volver. Está decidido. Sólo falta el señor Thompson, que nunca va a llegar.
miércoles, 17 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario